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Pensar en empresas que incluyan el desarrollo social y ambiental, de la mano de un modelo financiero rentable, parece una labor titánica, pero posible de lograr.

Un punto de partida son los mecanismos de colaboración necesarios para el desarrollo de modelos de negocios sostenibles y negocios inclusivos.

Este tema fue presentado por María Helena Jaén, profesora de la Facultad de Administración de la Universidad de Los Andes y directora del Observatorio Scala, durante el Mastering Change, Reigniting Growth, séptima edición del World Strategic Forum, organizado por The International Economic Forum of the Americas, que se realizó en el mes de abril de 2017 en la ciudad de Miami. (Más información)

En el : Cultivando un Ecosistema de Emprendimiento –Cultivatingan Ecosystem of Entrepreneurship-, además de la profesora Jaén, participaron Michael Schlein, presidente y CEO de Accion y presidente de la Corporación de Desarrollo Económico de Nueva York; Gonzalo Rivas, presidente del Consejo Nacional de Innovación de Chile, y Michael Dunkley, Primer Ministro de las Bermudas, con la moderación de Federico S. Burone, Director, Latin America and the Caribbean, International Development Research Centre of Canada (IDRC).

En este escenario, Jaén explicó que está desarrollando una investigación con sus colegas de la Facultad de Administración de Uniandes: Ezequiel Reficco y Roberto Gutiérrez, y del IESA, Nunzia Auletta, con el objetivo de entender cuáles son las mejores prácticas y las experiencias de colaboración que están detrás del desarrollo de modelos sostenibles y los negocios inclusivos.

Jaén indicó que las empresas sostenibles son aquellas que incorporan los aspectos sociales, ambientales y económicos en su estrategia central de negocio y en sus valores, “además de adoptar un modelo de de valor compartido, que implica “incorporar una multiplicidad de actores claves, como proveedores, comunidad y entidades gubernamentales, así comolograr una distribución justa de costos y beneficios entre ellos”. Así mismo, promueven relaciones justas entre esos múltiples stakeholders, e incluyen mecanismos de colaboración en sus cadenas de valor.

La colaboración en el ADN de las organizaciones

En su participación, también destacó que incluir estos temas en la identidad organizacional es fundamental. “La colaboración y la inclusión están en el ADN de la organización. El punto de vista de la empresa, sustentado en valores que promueven los negocios inclusivos y sostenibles, refuerza la identidad empresarial, que además está muy vinculada con el líder, a su pensamiento, sus valores y suposición conrespectoa estos temas”.

Esa impronta dada por ese ADN empresarial, se puede vincular a una macro cultura de valores compartidos, pues “hay principios, reglas y procedimientos que abrazan esta visión de modelos sostenibles, tanto en la identidad de la organización como en el macrosistema al que pertenece”. Además, indicó, los mecanismos de colaboración “promueven la innovación a través de la complementariedad entre distintas compañías y organizaciones, entre ellas, organizaciones sin fines de lucro”.

En las investigaciones desarrolladas en el marco del Observatorio SCALA y la red SEKN, se están estudiando distintas maneras de hacer estos negocios: “desde una organización focal, tipo Corona, que decide tener una unidad para el desarrollonegocios inclusivos, hasta una empresa que desde su origen surge bajo el concepto de la sostenibilidad y que busca la generación de valor económico, social y ambiental”. Las empresas Runa ubicada en Ecuador y Estados Unidos, y Patagonia –también en el país del norte-, son ejemplos de este estilo, y aunque la cadena de restaurantes Wok no nació con este sello, busca la generación de valor económico, social y ambiental. (Más información de SEKN aquí.).

También se han desarrollado modelos de negocios sostenibles que incluyen varias empresas y que vinculan la participación de Organizaciones No Gubernamentales –ONG-, como el caso de Nestlé y el Banco Adopem de República Dominicana, o el de Danone –en Brasil- con Visión Mundial. “Por eso son tan importantes los mecanismos de colaboración, justamente para la incorporación de poblaciones vulnerables en la cadena de valor, pues ese valor no se genera solo para los inversionistas, sino además, para esos grupos vulnerables, especialmente las mujeres”.

Al finalizar su intervención, la profesora Jaén preguntó a sus acompañantes del foro y a la audiencia, qué hace falta para que las empresas realmente promuevan la colaboración para el logro de mejores resultados, y la respuesta fue “tiempo. Los emprendedores y empresarios están muy ocupados y les falta tiempo para construir y mantener la red de relaciones que permiten la colaboración”.

“Para poder generar un ecosistema de emprendimiento que incorpore a la población de bajos ingresos, especialmente a las mujeres,y que verdaderamente mejore las condiciones de vida de grandes segmentos de la población en AméricaLatina, se requiere desarrollar mecanismos de colaboraciónen lo económico y lo social. Si no hay colaboración, difícilmente se va a lograr este objetivo”, puntualizó.

(En la fotografía: Federico Burone, Michael Schlein, Gonzalo Rivas, María Helena Jaén y Michael Dunkley)