Se trata de una forma de combate a la pobreza mediante la apropiación de valor y el fortalecimiento del capital humano a través de la capacitación. Ésta resulta más sostenible que la filantropía o la caridad, ya que impulsa la inclusión laboral y productiva de personas en la base de la pirámide, al tiempo que les permite acceder a bienes y servicios que en otras condiciones no estarían a su alcance. Para la empresa, un arreglo de este tipo le reporta beneficios a su imagen corporativa, añade valor social a la marca, refuerza su licencia para operar en la comunidad y puede abrirle nuevos mercados.

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